Sonrisa en la boca, odio en la mirada

18:39 Claudia Mañas 0 Comments

Pablo Iglesias y Esperanza Aguirre se enfrentan en el debate de la Sexta



Qué difícil se le hace a uno templar los nervios cuando le ponen delante a alguien cuya existencia colisiona con todos los valores propios. Y, sin embargo, cuando ambas partes tienen la voluntad de dialogar, producen un debate tan intenso como el que se vió ayer en el programa La Sexta Noche entre Esperanza Aguirre y Pablo Iglesias. Con la desventaja que producía a Aguirre no encontrarse físicamente en el plató, la presidenta del PP madrileño entró en directo por teléfono con el fin de dialogar con Iglesias: "los etarras son unos asesinos", "invíteme usted a La Tuerka", "a usted le gusta mucho el control de los medios de comunicación". Con estas afirmaciones se presentó Aguirre como la maestra que alecciona, que enseña al que no sabe y que está tan segura de ello que, en lugar de preguntar, afirma. Si Esperanza Aguirre se ha caracterizado en su vida profesional por su seguridad en sí misma, Iglesias decidió recoger la primera bala recibida y devolvérsela a su oponente, buscando jugar en su terreno. Desde ese primer balazo, la frase más repetida fue, valga la redundancia: "Repita conmigo". "Repita conmigo -decía Iglesias a la presidenta del PP- debo estar informada de las decisiones de mi gobierno".

La disputa se abrió con las acusaciones de Aguirre hacia Podemos de financiarse con dinero Venezolano, motivo por el cual la nueva formación interpuso en los tribunales una demanda contra la presidenta del PP de Madrid. "No se ponga nerviosa, señora condesa", "respóndame, señor Iglesias". Entre reclamo y reclamo, se debatió el origen de Podemos y su presunta vinculación a Venezuela, la duda sobre si condena o no el terrorismo de ETA y, en particular, Aguirre acusó a Podemos de no querer traer prosperidad y de que los partidos "como el suyo" acarreaban opresión y pobreza para la ciudadanía. En particular, Aguirre demandó a Iglesias qué es lo que van a hacer realmente si llegan al poder y, más precisamente: "Queréis llegar pronto al poder, antes de que llegue la recuperación económica".

Entretanto, en el plató se vivía un ambiente de victoria: la templanza que Iglesias se esforzó por proyectar, la sonrisa e, incluso, las carcajadas con las que recibía los argumentos de su opositora, las interrupciones de Aguirre en el turno de Iglesias para entorpecer el mensaje de su rival e, incluso, algún gesto burlón que dedicó el líder de Podemos a la presidenta del PP madrileño (insinuando que estaba por el dinero y no por el servicio público). Todo ello, unido a la ventaja táctica de estar presente en el plató (con las mejoras de sonido que ellos conlleva), permitió a IGlesias argumentar de forma clara y contundente su mensaje. Después de unos cuantos intentos de Aguirre: "Podemos condena el terrorismo. Fin de la cita", dijo Iglesias para zanjar la cuestión. "El populismo español es Eperanza Aguirre con la camiseta del Atlético o del Real Madrid, señora condesa", afirmaba Iglesias cuando Aguirre comparaba Podemos con el populismo venezolano. "Ustedes han institucionalizado la corrupción", proseguía, "señora Aguirre, repita conmigo: no está bien privatizar lo que es de todos".

Como estrategia general de Iglesias, atacar a Aguirre devolviéndole sus propias balas y respondiéndo con sarcasmo. "Espero que no esté usted conduciendo, señora Aguirre", decía Iglesias cuando Aguirre se defendía del escándalo de su multa de tráfico. "Tiene usted la posibilidad de condenar los crímenes del régimen de Maduro", insistía a Iglesias la presidenta del PP madrileño.

Al final, como en todo buen combate, prevaleció el espíritu deportivo: una sacudida para extraerse las balas, una sonrisa y una despedida cordial con el oponente. Eso sí, la mirada: fulminante.